Pero no señor, nos referimos a los cortocircuitos socioeléctricos que han ocurrido desde hace algún tiempo a esta parte.
Nuestros buenos amigos del RCVO han sufrido algunas deserciones (en algunos casos, desvinculaciones forzadas) en el último tiempo. Fuentes confiables, que prefieren no ser identificadas, nos han revelado que fue por causa del deslenguaje mayor de aquellos ex-socios y otras barbaridades altamente impropias.
A mayor abundamiento, los desertores tuvieron el descaro de fundar un nuevo, emergente y catastrófico club.
Ojalá hubiera muchos clubes en todas partes, que cumplan con los objetivos del hobby y que sean integrados por radioaficionados que sepan (o aprendan a) honrar los valores y principios de nuestra noble actividad.
Si todos los hombres del mundo...
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